La órbita exquisita de Carlos Germán Belli — Marcelo Pellegrini

El 10 de agosto recién pasado, a media tarde, Pedro Lastra me llamó desde Long Island para comunicarme que Carlos Germán Belli había muerto unas horas antes en Lima. Tenía casi 97 años y se encontraba desde hacía tiempo muy enfermo, pero eso no disminuyó el impacto de la noticia: siempre es muy temprano para morir; podemos esperar e incluso anticipar la muerte, pero ella siempre nos tomará por sorpresa.