[ lectura y crítica ] 

El poeta en el mundo – Alexander JM Urrieta Solano

El poeta en el mundo

Alexander JM Urrieta Solano

Denise Levertov, a mediados de 1973, hizo una selección de varios textos suyos en prosa para reunirlos en un hermoso libro. La publicación de The Poet in the world fue recibida por los lectores como un suceso comparable con la publicación de The Sacred Wood de T.S. Eliot y ABC of reading de Ezra Pound. Investigando vi que la primera traducción (?) en lengua española fue realizada por Ugo Ulive. El libro fue editado y publicado por Monte Ávila Editores en 1979. Ignoro si se realizó alguna otra edición posterior o anterior en español, tema que me desconcierta, pues se trata de un libro maravilloso y conmovedor, con un valor y fuerza imprescindibles cuyo título es casi de culto; uno de tantos títulos que tuvimos el lujo de tener en los anaqueles de nuestro país al módico precio (grabado en la contraportada) de 35 bolívares.

Para Denise la prosa en los poetas establece un estrecho vínculo entre la vida interior y exterior que sirve como un recurso más autorrevelador que los mismos poemas. En la prosa se concentran los aspectos de la vida meditativa de quien escribe, mientras que los versos son la manifestación de los impulsos espirituales. Los grandes maestros logran en sus escritos enlazar ambos estados creativos, dándoles esa particularidad en la voz que resuena indefinida en la conciencia de una época. Denise Levertov es ese tipo de maestra cuyas palabras resuenan todavía en pequeños rincones de resistencia.

El poeta en el mundo está divido en cinco secciones temáticas donde la autora estableció sus intenciones acerca de la relación vital entre la poesía y su vida. En Trabajo e inspiración, primera sección del libro, reúne una serie de conferencias y reflexiones sobre la teoría poética. Las maneras de componer, bajo el presupuesto de lo que ella concibe como la forma orgánica, concepto que está detrás de todas las cosas, donde el poeta es aquel capaz de revelar aquello que está oculto. La forma orgánica consiste en un método de percepción basado en la intuición de cierto orden, una forma más allá de las formas, donde la poesía, como obra creativa, es una actividad exploratoria. A grandes rasgos, la condición del poeta está en un entrecruzamiento o constelación de experiencias que despiertan en él una necesidad, mejor dicho una exigencia mayor, que vendría a materializarse en el poema.

El comienzo de la satisfacción de esta exigencia es contemplar, meditar, palabras que denotan un estado en el que el calor del sentimiento va caldeando el intelecto. Contemplar proviene de «templum, temple, lugar, espacio de observación indicado por el augur». No significa simplemente observar, advertir, sino hacer estas cosas en presencia de un dios. Y meditar es «mantener la mente en estado de contemplación»; su sinónimo en inglés es «to muse», que proviene de una palabra que significa «estar con la boca abierta», algo que no es tan cómico si pensamos en «inspiración»: llevar aire a los pulmones. (pp. 18-19)

Denise en un texto incluido en la primera sección, Una definición más amplia, sintetiza, a petición de un alumno, tres categorías que luego la autora explica de manera concisa. Me veo en la necesidad de transcribir toda la página.

—There is a poetry that seeks to invent, for thought and feeling and perception not experienced as form, forms to contain them; or to make appropriate re-use of existing metric form.

[Hay una poesía que trata de inventar, para el pensamiento y el sentimiento y la percepción no experimentados como forma, formas que los contengan o trata de reutilizar apropiadamente formas métricas existentes]

— There is a poetry that seeks to invent, for thought and feeling and perception not experienced as form, a mode of expression that shall maintain that formlessness, avoiding the development of rhythmic and sonic patters.

[Hay una poesía que busca, para el pensamiento y el sentimiento y la percepción no experimentados como forma, un modo de expresión que conserve esta carencia de forma, evitando el desarrollo de modelos rítmicos y sonoros]

— There is a poetry that in thought and in feeling and in perception seeks the forms peculiar to these experiences.

[Hay una poesía que en el pensamiento y en el sentimiento y en la percepción busca las formas peculiares de estas experiencias]

La primera de estas tres categorías implica el concepto de síntesis de forma y contenido como un acontecimiento producido por el ejercicio del poder y la astucia del artista, pero no como un acontecimiento orgánico, como el agua que fluye tiene el dibujo de sus ondas como si fuesen inherentes al contenido. Por el contrario, la tercera categoría sí implica una fe en la inmanencia de la forma dentro del contenido y trata de descubrirla y revelarla.

La segunda categoría tiende hacía el flujo, y no hacia algún tipo de forma. Frecuentemente tiene un dibujo, como el agua que fluye tiene un dibujo de sus ondas, pero no se permite al dibujo que se fije en el ojo o en oído porque caería en el peligro de convertirse en forma. Esta categoría es lo que verdaderamente podemos llamar «verso libre».

También la poesía de la tercera categoría, que en otra parte denominé poesía de «forma orgánica» es llamada comúnmente verso libre. ¿De qué manera el término es aplicado correcta o incorrectamente? Comparte con la segunda categoría su libertad ante moldes métricos pre-existentes y re-utilizables. Pero a partir de allí usa su libertad para lograr fines diferentes: donde el verdadero «verso libre» se preocupa por mantener su libertad frente a todas las trabas, la poesía «orgánica», una vez liberada de formas impuestas se somete voluntariamente a otras leyes: las leyes variables, impredecibles pero sin embargo estrictas del paisaje interno, descubierto mediante la tensión interior. Su disciplina comienza con el desarrollo de la máxima atención, y en esto se relaciona más estrechamente con la primera categoría, la «tradicional» (donde es esencial el sentido lo más preciso posible de la adecuación de una forma para un contenido) que en el «verso libre» el cual, al aborrecer todo confinamiento, corre o serpentea sin prestar mayor atención a los detalles o a las implicaciones.

Levertov se vinculó con las actividades literarias de la revista Origin, así como compartir las ideas de otro gran poeta contemporáneo como lo fue Charles Olson: el contenido determina la forma. La obra de Denise Levertov está relacionada con las guerras, el sufrimiento, la perversión humana. Estaba convencida del compromiso del artista en revelar los hallazgos de la conciencia. Muy vinculada a la poesía de vanguardia de los Estados Unidos, Denise concibe el poema como un misterio, y el poeta como un artesano que prioriza el valor de cada espacio, cada verso, cada coma y cada palabra, en donde cada elemento cumple una función vital para el funcionamiento del poema en su totalidad. Insiste y secunda la idea de otro maestro, Ibsen:

La tarea del poeta es aclarar para sí y por lo tanto para los demás las interrogantes temporales y eternas que estén activas en la época y comunidad a la que pertenece.

La obra que se concibe no tiene ningún fin social, lo que sí tiene es un destino social, ese no depende del creador porque va más allá de sus capacidades mortales, esa es la cualidad implícita en las grandes construcciones del arte, en la poesía que a modo de elipsis penetra en la semblanza de ese lector extraño que está presente y del que vendrá. Para Denise no debería haber una contradicción entre el oficio de poeta ante los fenómenos de la sociedad esquizofrénica capitalista: las guerras que provoca, las injusticias contra las diferencias, como las que están presentes todos los días, por ejemplo, contra los pueblos de color y las mujeres; el poeta al asumir un compromiso pleno con la vida está al tanto de las exigencias e implicaciones de luchar y resistir ante los atropellos que afligen la existencia. Vocera de un feminismo lúcido insistía que la verdadera revolución era en sí una lucha que involucrara todas las luchas.

Los buenos poetas escriben malos poemas políticos sólo si se permiten escribir retórica deliberada, terca, malusando su arte como propaganda. El poeta no usa la poesía sino que está al servicio de la poesía. Usarla es malusarla. Un poeta que siente el impulso de hablar consigo mismo, de mantener un diálogo consigo mismo sobre el tema político puede esperar escribir tan bien sobre ese tema como sobre otro cualquiera. No puede separarla de todas las demás cosas de su vida. Pero lo que está en cuestión no es la posibilidad de hacer buenos poemas «políticos». Lo que está en cuestión es el papel del poeta como observador o como participante en la vida de su época. (pp.147-148)

Hypocrite women

Hypocrite women, how seldom we speak   
of our own doubts, while dubiously   
we mother man in his doubt!

And if at Mill Valley perched in the trees   
the sweet rain drifting through western air   
a white sweating bull of a poet told us

our cunts are ugly—why didn’t we   
admit we have thought so too? (And   
what shame? They are not for the eye!)

No, they are dark and wrinkled and hairy,   
caves of the Moon …          And when a   
dark humming fills us, a

coldness towards life,
we are too much women to   
own to such unwomanliness.

Whorishly with the psychopomp   
we play and plead—and say
nothing of this later.             And our dreams,

with what frivolity we have pared them   
like toenails, clipped them like ends of   
split hair.

[Mujeres Hipócritas

Mujeres hipócritas, ¡qué pocas veces hablamos
de nuestras propias dudas, mientras que dudando
protegemos a los hombres de sus dudas!

Y si en Mill Valley posado en un árbol 
la lluvia dulce deslizándose por el viento del oeste
un blanco y sudoroso poeta toro nos dijera

que nuestros coños son feos -¿por qué no
admitir que hemos pensado así alguna vez (Y 
por qué sentir vergüenza? ¡Si no son para mirar!)

No, son oscuros y arrugados y peludos,
cuevas de la Luna … Y cuando un
zumbido oscuro nos llena, una

frialdad hacia la vida,
somos demasiado mujeres para
confesar tan poca feminidad.

Putamente con la sicopompa
jugamos y suplicamos para luego
No decir nada de esto.    Y nuestros sueños,

con qué frivolidad los hemos cortado
como uñas, como puntas de
pelo horquillado.]

(Versión de Marcela Garay)

El poeta, al ser un ente poseedor de un don, tiene como trabajo concientizar una disciplina diaria entre la acción y las palabras. Los poetas son, como dijo Blas Coll, los mineros del idioma. En el ámbito de una literatura, cuando se escribe, se estudia o se enseña, como el caso de Levertov, esta se convierte en una parte inseparable de la vida. Implica que las decisiones, tanto espirituales como existenciales, están mediadas por una condición literaria, es decir que ya se ha tomado una decisión contundente en cuanto a la manera de conducirse en la vida. Rilke, siendo una de las voces mayores de la creación, entregado de pleno al arte llegó a escribir que

…en última instancia el arte no tiende a producir más artistas. No trata de incorporar a nadie y siempre he adivinado que no le preocupa en absoluto ningún efecto. Pero una vez manado de una fuente inagotable, cuando sus creaciones están ahí, extrañamente silenciosas y superables entre las cosas, puede ocurrir que involuntariamente se convierta en algo ejemplar para toda actividad humana en virtud de su innato desinterés, libertad e intensidad…

Pues por más que el artista dentro de nosotros se preocupe por la obra, por la realización de ella, su existencia y duración completamente separadas de nosotros, solo actuaremos correctamente cuando comprendamos que incluso esta muy urgente realización de una realidad superior aparece, desde algún punto altísimo, último y extremo, solo como el medio de obtener algo nuevamente invisible, algo interior y nada espectacular: un estado más sano en medio de nuestro ser.

En ambos fragmentos Rilke nos dice que el arte como tal no es precisamente un efecto sino que es una cosa imbuida en la vida, no conduce a ninguna parte pero nos llena de algo incomprensible. Está presente en las acciones y el entorno, y dicho arte pretende dar un acercamiento bajo sus propias reglas. En las reglas del arte aquello que es pertinente se encuentra mediante una afinación discreta de la mirada. Escribir también es escuchar. Es tomarse la lectura y la escritura (tomando ambas acciones como referentes de la construcción) con un mayor grado de seriedad. Levertov dice que

La obligación del escritor es: asumir responsabilidad personal y activa por sus palabras, sean las que sean, y reconocer su influencia potencial sobre las vidas de los demás. La obligación de profesores y críticos es: no bloquear las consecuencias dinámicas de las palabras que tratan de acercar a estudiantes y lectores. Y la obligación de los lectores es: no caer en la hipocresía de la experiencia meramente sustitutiva, reduciendo así a la literatura al concepto de «solo palabras», en última instancia una frivolidad y una irrelevancia a la hora de la verdad…Cuando las palabras penetran en nosotros cambian la química del alma, de la imaginación. No tenemos derecho de hacer eso a la gente si no compartimos las consecuencias. (pp.146-147)

What My House Would Be Like If It Were A Person

This person would be an animal.
This animal would be large, at least as large
as a workhorse. It would chew cud, like cows,
having several stomachs.
No one could follow it
into the dense brush to witness
its mating habits. Hidden by fur,
its sex would be hard to determine.
Definitely it would discourage
investigation. But it would be, if not teased,
a kind, amiable animal,
confiding as a chickadee. Its intelligence
would be of a high order,
neither human nor animal, elvish.
And it would purr, though of course,
it being a house, you would sit in its lap,
not it in yours.

[Cómo sería mi casa si fuera una persona

Esa persona sería un animal.
Y ese animal sería grande; por lo menos,  grande
como un caballo de tiro. Rumiaría, como las vacas,
con varios estómagos.
Nadie podría seguirlo 
hasta la espesura del matorral para presenciar
sus hábitos de apareo. Escondido por el pelaje,
el sexo sería difícil de determinar.
Definitivamente desalentaría
la investigación. Pero, si no lo molestaran,
sería un animal bueno, amigable,
confiado como un pichoncito. Su inteligencia
sería de un orden superior,
ni humana ni animal, élfica.
Y ronronearía. Aunque, claro,
tratándose de una casa, tendrías que sentarte en su regazo
y no al revés.]

(Versión de Sandra Toro)

La tarea del poeta, como declaró Robert Duncan, es guardar en custodia la sabiduría de que el lenguaje no es un mazo de fichas para manipular, sino que es un Poder. Solo en el resguardo de esa sabiduría se alcanza esa musicalidad presente en el habla.

Tenemos la lucha diaria, inevitable y mortalmente seria de apoderarnos de la palabra y ponerla en el contacto más directo posible con todo lo que se siente, ve, piensa, imagina y experimenta (Goethe).

Escribir (poesía) es un proceso de descubrimiento muy doloroso, revelación de la música inherente en el paisaje de nuestro interior. Existe una obra latente en nosotros que bien podemos encontrar mediante este proceso, no siempre de una manera satisfactoria, pues este afán de plasmar palabras desde cada ocurrencia de esta hipotética obra interior conlleva a la más horrenda de las decepciones. De otra manera más lúcida Malcom Lowry, en esa prosa infernal que compone su novela-reloj Bajó el volcán, dirá que: Hay un poeta frustrado en cada hombreAunque en las circunstancias actuales tal vez sea buena idea fingir cuando menos que está uno realizando la gran obra personal sobre «Sabiduría secreta» y entonces puede uno alegar, si nunca se publica, que el título explica esta deficiencia.

¿Bajo qué métodos o alquimias cada uno por su cuenta puede concebir esa sabiduría secreta? ¿Qué costo trae ese pacto délfico que encamina la acción rudimentaria de la perfección suprema: la de conocernos a nosotros mismos?

¿En este espacio de confusión serán pertinentes los versos de Paul Goodman?:

What is the message?—
an artist is lucky who is busy
with what is necessary!…


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